lunes, 10 de agosto de 2009

Una herramienta que incomoda a los arqueólogos...













Este martillo fósil fue hallado en 1934 muy cerca de la localidad de London, en estado norteamericano de Texas. Apareció incrustado en el interior de una roca, lo que desde un principio obligó a los estudiosos a sospechar que tenía una antigüedad extrema.
La madera del mango del martillo estaba fosilizada y la cabeza, de hierro, se fundía con la piedra. ¿Qué significaba esto? Sencillo: que el martillo era anterior a la roca. Y claro, sólo del vértigo que provocaba tal suposición, los científicos decidieron considerarlo un “objeto bizarro”.

Nadie quiso investigar el martillo fósil, que estuvo durante mucho tiempo olvidado en la vitrina de un pequeño museo de Texas, el Museo Somerwell, hasta que otros investigadores favorecieron la posibilidad de un análisis detallado.

El mango del martillo es de madera, pero dicha madera se encuentra petrificada, la parte interior, porosa, se ha transformado en carbón, este proceso es bien conocido en la zona de Texas ya que esta lleno de bosques de árboles petrificados, que no son sino la consecuencia de un proceso geológico normal mediante el cual la madera muy antigua acaba convirtiéndose en piedra. Para que esto ocurra deben haber transcurrido nada menos que 140 millones de años.
Y si bien hayar un árbol en tal estado no extraña sobremanera, muy diferente es cuando esa madera ha sido trabajada por manos humanas, y éste es el primer dato desestabilizador que proporciona este objeto.

Y es lógico, puesto que los primeros homínidos no surgen hasta hace 7 millones de años y no fue hasta hace 2 cuando nuestros ancestros comenzaron a fabricar herramientas.

Respecto a la cabeza del martillo, el misterio es todavía mayor; recientes análisis en el Instituto Metalúrgico de Columbia, los investigadores descubrieron que está formado en un 96,6 por ciento por hierro, en un 2,6 por ciento por cloro y en casi un 1 por ciento por azufre. Tal combinación de elementos quiere decir que el objeto es de hierro casi puro, algo que sólo puede conseguirse empleándose avanzadas técnicas metalúrgicas.

Además, los investigadores efectuaron varias radiografías del objeto. Gracias a los rayos X dedujeron que durante su fabricación, el hierro empleado fue purificado y endurecido. Para conseguirlo, es necesaria la utilización de un tecnología metalúrgica muy reciente…
Pero la roca, tras los estudios geológicos pertinentes, resultó tener 140 millones de años, y según señalan los estudiosos, se sedimentó después de la fabricación del martillo, no conformes con esto los estudiosos separaron la piedra del objeto, lo que provocó una muesca en la parte superior de la roca. Parecía formar parte de algo parecido al recubrimiento del objeto, lo que indujo a un nuevo análisis...

Formada por hierro en cuatro quintas partes, la muesca contiene silicio, azufre, calcio, potasio y cloro, lo que significa que es producto de un proceso poco común. Al estar fundida la cabeza del martillo con la roca, se ha sospechado que dicho proceso podría deberse a que en tiempos, el objeto estuvo sometido a una presión atmosférica distinta de la actual, lo que nuevamente nos obliga a pensar en una época remotísima.
Como explicación, quiens quieren denostar cualquier hipótesis "antinatural", han propuesto la posibilidad de que la cabeza del martillo perteneciera al hierro procedente de un meteorito, sin embargo, los elementos hallados en la pieza arqueológica no coinciden con los que sería de esperar de una roca procedente del Sistema Solar.
Además, el proceso posterior habría originado impurezas en el metal que no se habrían escapado del escrutinio de los laboratorios que participaron en el análisis, por no mencionar la muy improbable casualidad que el metal tomara la forma de un martillo con el clásico “ojo” para la madera en el medio… y que el meteorito tuvera madera incluida!!!.

Ha sido datado en una época en la que sobre la faz de la Tierra corrían los dinosaurios. Faltaban millones y millones de años para que los humanos apareciéramos en la escena terrícola.
Y sin embargo, manos como las nuestras fabricaron y usaron ese martillo.

¿Alguien arriesga una explicación?















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